Ya no quiero escribir más
sobre quién merece la muerte
y quién la vida, pues
siento que mis propias palabras
me envenenan el alma;
estoy cansado...
sobre quién merece la muerte
y quién la vida, pues
siento que mis propias palabras
me envenenan el alma;
estoy cansado...
con la suave briza de Enero
con las flores silvestres
desde los campos frondosos
a través del bosque ¡y más allá!
muy adentro.
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